El repollo es una de esas plantas que llenan la huerta de presencia.
Sus hojas amplias, su color verde intenso (o morado, según la variedad) y su forma compacta lo convierten en un cultivo tan vistoso como sabroso.
Es parte de la gran familia de las Brassicáceas, junto a la coliflor, el brócoli y la rúcula.
Cultivarlo en casa es una experiencia hermosa. Con un suelo fértil, riego constante y un poco de espacio, el repollo crece con fuerza y forma su clásica “cabeza” firme y redonda.
Ver ese proceso es tan satisfactorio como disfrutarlo después en la mesa.
El repollo prefiere climas templados o frescos. No tolera bien el calor excesivo ni las heladas fuertes.
Su rango ideal de temperatura está entre 15 °C y 22 °C.
Podés sembrarlo en otoño, invierno o primavera temprana, según tu región, siempre en un lugar con buena luz solar directa.
🌱 Siembra y trasplante
Podés iniciar el cultivo en almácigos y trasplantar cuando las plántulas tengan 4 a 6 hojas verdaderas o unos 10–15 cm de altura.
Dejá 40–50 cm entre plantas y 60–70 cm entre hileras, ya que el repollo necesita espacio para formar su cabeza.
Evita trasplantar en días muy calurosos o con viento.
El repollo requiere un suelo profundo, fértil y bien drenado, con buena cantidad de materia orgánica.
Antes de sembrar, incorporá compost o estiércol bien descompuesto.
Durante el crecimiento, reforzá con abonos naturales ricos en nitrógeno, como té de compost o purín de ortiga, para obtener hojas más tiernas y color intenso.
El riego debe ser regular y abundante, especialmente mientras se forma la cabeza.
Mantené el suelo húmedo sin encharcar y aplicá un acolchado vegetal para conservar la humedad.
También es recomendable aporcar tierra alrededor del tallo a medida que crece, para darle estabilidad y estimular nuevas raíces.
Como otras Brassicáceas, el repollo puede ser atacado por orugas, pulgones o mosca blanca.
Controlá naturalmente con jabón potásico o extracto de neem, y revisá el envés de las hojas con frecuencia.
Asociar el repollo con menta, romero o caléndula ayuda a repeler insectos de forma ecológica.
El repollo está listo para cosechar cuando la cabeza está firme y bien formada al presionarla con la mano.
Cortalá con cuchillo dejando algunas hojas externas para protegerla.
Podés conservarlo en la heladera varias semanas o fermentarlo para hacer chucrut, una opción deliciosa y saludable.
¿Querés descubrir cómo sembrarlo, cuándo cosecharlo y cómo mantenerlo sano y tierno durante toda la temporada?
En el Ebook Primavera–Verano de Alta Huerta vas a encontrar una guía completa, práctica y sin tecnicismos para que tu huerta se llene de alimentos frescos, coloridos y llenos de vida.
🌿 Dale saber a tu huerta
Aprendé a cultivar repollos increíbles con el Kit Digital de Huerta: Primavera - Verano

Conseguí el Kit Digital de Huerta: Primavera - Verano