La stevia es una planta mágica: pequeña, verde y con un poder natural impresionante.
Sus hojas contienen un dulzor intenso sin calorías, y por eso se ha convertido en la alternativa natural más famosa al azúcar.
Tener tu propia planta de stevia en casa es una experiencia única: además de hermosa, te permite cosechar un endulzante 100 % natural y casero.
Cultivarla es más fácil de lo que parece: solo necesita calor, buena luz y un poco de paciencia. Ideal para sumar un toque verde y saludable a tu huerta.
La stevia ama el calor y la luz solar directa.
No resiste heladas, así que si estás en una zona fría, cultivala en maceta para poder resguardarla en interiores durante el invierno.
Podés reproducir la stevia por semillas o esquejes.
Las semillas germinan lento y con baja tasa de éxito, por eso se recomienda usar esquejes de una planta sana.
Cortá una ramita de 10 cm, quitá las hojas inferiores y colocala en agua o en un sustrato húmedo hasta que enraíce.
Trasplantala a su ubicación definitiva cuando tenga raíces fuertes.
La stevia necesita un suelo liviano, fértil y bien drenado, rico en materia orgánica.
Prepará una mezcla con tierra negra, compost y perlita o arena gruesa.
Antes de plantar, incorporá humus de lombriz para darle un buen impulso inicial.
Evitá los suelos compactos o muy húmedos: el exceso de agua puede dañar sus raíces.
Mantené la tierra siempre ligeramente húmeda, sin encharcar.
Durante el verano, regá cada 2 o 3 días, y en invierno reducilo.
Podá las puntas regularmente para que la planta se mantenga compacta y produzca más hojas.
En otoño, podés cortar los tallos secos y guardar la planta bajo techo para protegerla del frío.
La stevia puede atraer pulgones o mosca blanca, sobre todo en ambientes cerrados o con poco movimiento de aire.
Controlalos con jabón potásico o infusión de ajo, y asegurate de que reciba buena ventilación y luz natural.
Podés empezar a cosechar hojas cuando la planta alcance 20 cm de altura, preferiblemente antes de la floración, cuando su sabor es más dulce.
Cortalas con tijera y secalas a la sombra en un lugar ventilado.
Una vez secas, trituralas o prepará un extracto natural para usar como endulzante en infusiones y postres.
Cultivar stevia es elegir una vida más natural, saludable y sustentable.
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